El triste resurgimiento de la teología del dominio

J.P. Martínez
9 min readJan 15, 2022

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Hay en la iglesia una tendencia creciente por entender en términos religiosos la lucha política de la derecha por la conquista del poder en el mundo: se está considerando a la izquierda como la representante del diablo y a la derecha como la representante de Dios. Las elecciones son la lucha entre potestades y principados; si gana la derecha ganan Jesús y su iglesia, y si gana la izquierda triunfan Satanás y sus siervos. En este escenario lleno de extravagantes y apasionados giros eisegéticos resulta que es deber de la iglesia contender ardientemente por la derecha y sus paladines, dados de una vez y para siempre a los santos.

Este vicio no es nuevo sino que ha estado presente en el pasado en lugares como México, España, Argentina y Chile, entre otros, en donde se llegó a hablar de la consolidación de una “civilización cristiana”. La historia simplemente se repite.

¿Por qué hay tantos cristianos uniéndose a esta forma de pensar?

Revisar la teología conocida como Teología del dominio pocas veces será más oportuno que el día de hoy. ¿Qué es la teología del dominio? Thomas Ice en su ensayo What is dominion theology (2009, Liberty University) indica que esta teología nació en la década de los 80 y se construyó desde dos fuentes:

  • El calvinismo reformado
  • El movimiento pentecostal carismático

Ice escribe lo siguiente:

Los defensores de la DT (teología del dominio) creen que el dominio sobre cada área de la vida ha sido restaurado con la primera venida de Cristo. Ya que estamos ahora en el Reino (aquí es de donde surgió el sinónimo de la DT como el “Reino Ahora”), creen que la tarea actual de la Iglesia es llamar a los creyentes para que reclamen el gobierno de Cristo en el planeta tierra por cualquier medio y marca particular que propongan los defensores de la DT. Para los reconstruccionistas, esto se logra a través de los medios éticos para obedecer la Palabra (ley bíblica). Los carismáticos a menudo enseñan que esto es logrado a través de medios metafísicos al confesar la Palabra. Ambos creen que el dominio debe ser tomado por los cristianos (no inmediatamente por Cristo, sino mediatamente a través de los creyentes) sobre toda la humanidad, antes de que Cristo regrese físicamente al planeta tierra (énfasis añadido).

Podemos resumir lo anterior indicando que los teólogos del dominio o teólogos reconstruccionistas afirman que, ya que el reino ha sido instaurado, los cristianos debemos hacerlo imperar sobre todas las estructuras sociales: la familia, la religión, la ley, la economía, etcétera, trabajando para que sobre esta tierra la Ley de Dios sea obedecida de punta a punta.

Evidentemente, las familias cristianas tienen el deber de construir hogares santos y convertirse en una influencia transformadora, a través del evangelio, en medio del vecindario, la ciudad y el país en donde están. Pero esto es distinto a concluir que estamos en el reino y que nuestra misión es convertir esta tierra (sus gobiernos, leyes, empresas, proyectos y comunidades) en un empíreo cristiano.

Génesis 1:28 dice que el ser humano debe sojuzgar la tierra ejerciendo dominio sobre los animales, no sobre los miembros del Congreso, la Corte Suprema, el poder ejecutivo o la feria del pueblo.

Errores de la teología del dominio

El primer error de la teología del dominio -indica Ice- está en considerar que ahora estamos en el reino. En Corinto ya había gente que creía esta equivocación:

Ustedes piensan que ya tienen todo lo que necesitan. Creen que ya son ricos. ¡Hasta han comenzado a reinar sin nosotros en el reino de Dios! Yo desearía que en verdad ya estuvieran reinando, porque entonces nosotros estaríamos reinando con ustedes (1 Co.4:8, NTV).

La Escritura enseña con claridad que la actual dispensación no es el reino milenial. El reino es futuro (Ap.2:25–27;3:21). En esta dispensación no es la misión de la iglesia el gobernar al mundo conquistando los poderes políticos y fácticos, sino proclamar el evangelio (Mt.28:16–20) y sufrir con paciencia la oposición satánica. Jesús nos preparó para esta dispensación diciendo:

Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia. Acordaos de la palabra que yo os dije: «Un siervo no es mayor que su señor». Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra. Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió (Jn.15:19–21, LBLA).

De hecho, cuando el reino sea instaurado Jesús no precisará de que la iglesia haga algo. Él con su solo glorioso poder al poner sus pies sobre Jerusalén someterá a todos sus enemigos debajo de sus pies (cfr. Za.14; Sal.2). Sobre la iglesia Ice escribe: “Ella debe sufrir primero la humillación, durante esta edad, y entonces será exaltada y ejercerá dominio después del regreso de Cristo en Su Reino”. Después del regreso de Cristo, no antes. Sin duda hay muchos cristianos honestos que luchan muy duro para tratar de realizar las condiciones mileniales en esta tierra, pero eso no lo puede conseguir la iglesia porque el instaurador del reino es Jesús mismo, actuando personal y físicamente al regresar a este mundo con todos sus santos.

Los teólogos del dominio y el reconstruccionismo

En general, esta teología dice que es misión de los cristianos dominar el mundo actual. Ice explica:

Los reconstruccionistas creen que cuando Adán pecó perdió el dominio sobre la tierra que Dios le había dado…El Dios-Hombre, Jesucristo, ganó esta autoridad de vuelta en Su primera venida y estableció el Reino. Jesucristo está ahora a la diestra del Padre mediando la recuperación de este dominio a través de la Iglesia. Mientras la Iglesia evangeliza al mundo poco a poco se expandirá para cubrir toda la tierra antes de que Cristo vuelva.

Los teólogos del dominio y la teonomía

También en general, los dominacionistas consideran que la iglesia debe guardar la Ley de Moisés para santificarse, excepto en aquellas áreas en las que el Nuevo Testamento indica una excepción (v. gr. guardar el Sábado, los sacrificios animales, etcétera).

Esta teonomía es la que está llevando a muchos cristianos a insistir en que, no solo la iglesia y la familia, sino el Estado debe endurecer sus políticas y ordenamientos contra la homosexualidad, la brujería, las religiones no cristianas y la inmoralidad sexual en cualquiera de sus formas, entre otras. Son dominacionistas los que a menudo están al frente de la lucha por cerrar las fronteras a los árabes, hindúes u otras personas pertenecientes a naciones sin herencia cristiana, y que buscan anular el pluralismo en la sociedad para hacer imperar la Ley de Moisés (la que consideran aplicable) por sobre todo pensamiento distinto. Anhelan ver congresos, presidentes y partidos políticos sometidos a la Ley divina para edificar ciudades y Estados puramente cristianos.

Es verdad que la ley es santa, justa y buena (Ro.7:12). Pero Ice anota correctamente tres cuestiones a considerar:

  1. La Ley fue dada a Israel, no a la iglesia (Sal.147:19–20; cfr. Jn.14:15; Gál.6:2).
  2. Las naciones están obligadas bajo el pacto adámico, refrendado en el pacto noéico (Gn.1:15–17;8:20–9:17).
  3. Mateo 5:17 dice: “he venido…para cumplir”, no dice “para confirmar”.

Los teólogos del dominio y la Teología del pacto

La Teología del pacto cree que la iglesia reemplazó a Israel en el plan de Dios. Sostienen que la iglesia es el nuevo Israel o el Israel de Dios. Ice indica que es verdad que Israel está bajo la disciplina de Dios por haber rechazado al Mesías, pero eso es distinto a la idea supercesionista de que Israel fue reemplazado y desechado para siempre (ver Ro.11:1 y ss.). De modo que lo que dice la Biblia sobre las promesas del reino futuro en relación a Israel, los reconstruccionistas cristianos lo acaban leyendo para sí mismos, aquí y ahora. Además, hay una línea de antisemitismo latente en esta visión de las cosas.

Los teólogos del dominio y el postmilenialismo

Ice define al postmilenialismo diciendo:

El Postmilenialismo cree que Cristo estableció Su Reino en Su primera venida. Sin embargo, la gloria del Reino aún no ha llegado a su clímax. Por lo tanto, mientras la Iglesia predique el evangelio y sea fiel en la aplicación de la ley bíblica, el Reino se expandirá para llenar gradualmente toda la tierra.

Según esto, Deuteronomio 28 que habla de las bendiciones y maldiciones dadas a Israel explica las bendiciones y maldiciones que atraviesan los Estados y sus instituciones en el mundo el día de hoy. La única forma de sostener que Deuteronomio 28 es para nosotros es leer en Deuteronomio 29:1 “la iglesia” en lugar de lo que dice en realidad: “los hijos de Israel”. El reconstruccionismo postmilenial descansa sobre una interpretación supercesionista de estos pasajes.

Los teólogos del dominio y el preterismo

Los preteristas son los que creen que la enorme mayoría de las profecías bíblicas ya se han cumplido en el pasado. Para muchos cristianos la única profecía que queda por cumplirse es el regreso de Cristo, y aún hay algunos que afirman que Cristo ya vino. Según algunas de estas ideas, el milenio está en curso y el reino ya está instaurado. Los cristianos tenemos entonces que reinar sobre la tierra acaparando sus estructuras económicas, políticas y sociales.

Entre reconstruccionistas Ice cita los siguientes exponentes: John Rushdoony, Gary North, Greg Bahnsen, David Chilton, Joe Morecraft, Ray Sutton, Jim Jordan, Otto Scott, Gary DeMar, Peter Leithart, Ken Gentry, Michael Gilstrap, John Lofton, Samuel Blumenfeld, George Grant, R. E. McMaster, Joe Kickasola, Francis Nigel Lee, y Jay Grimstead. Otros también influenciados por el movimiento han sido Pat Robertson, John Whitehead, Francis y Frankie Schaeffer, Jerry Falwell, Everett Sileven, Ron Jenson y el D. James Kennedy.

El reconstruccionismo “ha tenido entrada en la Nueva Derecha Religiosa y en la política Republicana” en los Estados Unidos, y en Latinoamérica varios se están esforzando por usar la teología reconstruccionista para influir en los cristianos e impactar los resultados de las elecciones. Hace poco veía un vídeo en donde un influencer latinoamericano usaba la Biblia explicando que ya el reino había sido instaurado para rematar al final diciendo que “los comunistas no se bañan”, en un corolario sardónico evidentemente propagandístico a favor de la derecha.

Finalmente ¿Qué implicaciones tiene la doctrina del “reino ahora” muy popular entre dominacionistas?

  1. Ataques a la doctrina de rapto. Los teólogos del dominio concluyen que el rapto no será sino el momento emocionante en que Cristo regresará a una tierra cristianizada.
  2. Ante el fracaso de la iglesia -dicen los teólogos del dominio- es bueno hablar del “reino ahora” para revitalizar la fe de los cristianos y llenarlos del ímpetu necesario para conquistar la tierra.
  3. La verdadera iglesia será restaurada en los últimos días demostrando el poder y la unidad que Dios ha destinado para ella. Esto a raíz de una lectura supercesionista de pasajes como Hechos 3:19–21.

Ice indica que los exponentes más notorios de “el reino ahora” son Earl y Don Paulk, Robert Tilton, Larry Lea, James Robison, Rick Godwin, Clark Whitten, Bob Weiner, Dennis Peacocke, Bob Mumford, Richard Hogue, John Mears, John and Anne Gimenez, Bill Hamon, Tommy Reid y Marilyn Hickey.

Teólogos como Hal Lindsay y Dave Hunt han levantado la voz contra la teología del dominio y el reconstruccionismo que busca un dominio prematuro sobre la tierra de parte de la iglesia, que enseña que el reino ya ha sido instaurado y que de alguna forma los cristianos tenemos la manera de hacer lo que únicamente Cristo podrá lograr cuando regrese con todos sus santos.

Conclusión

Infortunadamente, hay cristianos que se sienten con este poder para traer las condiciones mileniales al mundo y cuyo enardecimiento han explotado muy bien los políticos a lo largo de la historia. Han logrado cautivar las mentes cristianas prometiéndoles leyes, instituciones y condiciones culturales conforme a la Ley de Dios a cambio de su lealtad a sus campañas y regímenes. Hemos aprendido poco de la Edad Media, de la Ginebra de Calvino, de las dictaduras del siglo XX que se hicieron acompañar por la religión cristiana, y de los esfuerzos fallidos en la actualidad por encontrar en gobernantes de derecha, violentos, déspotas y cínicos, la esperanza para una vida piadosa.

No se puede terminar este análisis sin referir una realidad más: hay cristianos que no son preteristas, no creen en la Teología del pacto, no son postmileniales ni tampoco son supercesionistas, y que de todos modos han demostrado ser teólogos del dominio funcionales. Desde el dispensacionalismo, por ejemplo, varios hermanos han optado por ver en los políticos una esperanza para la iglesia y gente patrocinada espiritualmente por el mismo cielo. Les han dado su apoyo incondicional y hasta han asegurado que los que no se constituyen en sostén de sus campañas y liderazgos no se deberían de considerar cristianos. Significa que la teología del dominio y el reconstruccionismo han sido capaces de superar las fronteras del quehacer hermenéutico, aún de aquellos que se consideran premileniales.

Por todo esto, es necesario no bajar la guardia. Solo Cristo salva y él reinará por siempre.

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J.P. Martínez
J.P. Martínez

Written by J.P. Martínez

Escritor y Broadcaster. Egresado de UABC, UOC y MINTS. Alumno de posgrado en el Dallas Theological Seminary. Verdad y amor al prójimo.

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