Por qué no leo a Arthur Pink (II)
Hace algunos meses escribí algunas observaciones a la obra de Arthur Pink en lo tocante a su idea de fe salvadora y certeza de la salvación.
Sin embargo, recientemente discutí con algunos hermanos las ideas de Pink sobre el amor de Dios, a la sazón de su ensayo o panfleto titulado “¿Ama Dios a todos?” de donde muchos creyentes -sobre todo dentro del mundo calvinista- han sacado su concepto de amor e ira divinas.
“Es falso que Dios ame a todas sus criaturas"
En este escrito, Pink dice que aunque la idea de que Dios ama a todas sus criaturas es falsa, es la idea favorita de muchas sectas. Pink asegura que históricamente no se creyó que Dios amara a los pecadores sino hasta hace muy poco tiempo:
Los escritos de los padres de la iglesia, los reformadores o los puritanos (según creemos) podrían ser investigados en vano en busca de tal concepto.
Añade que Moody -mentor de C.I. Scofield- fue uno de los que causó que esta idea “antibíblica y moderna" se extendiera con mayor rapidez entre cristianos; decir, entre otras cosas, que Dios ama al pecador. Algo más taimado que un billete de tres dólares. Pink escribe:
Decirle al que rechaza a Cristo que Dios lo ama es cauterizar su conciencia, y además es darle un sentido de seguridad en relación a sus pecados.
Cuando menos reconoce que Juan 3:16 es “la excepción” y que en efecto dice que Dios ama al mundo.
“El amor de Dios es exclusivo para su iglesia”
Según Pink, el amor de Dios es única y exclusivamente para la iglesia. En su explicación de Juan 3:16 indica que “mundo” no debe entenderse como “humanidad” sino como una referencia al alcance internacional de su amor por sus elegidos. Una mejor lectura de Juan 3:16 sería entonces “Porque de tal manera amó Dios a la iglesia que ha dado a su Hijo Unigénito…”
Uno se pregunta de dónde ha sacado el neopuritanismo tanto énfasis en la ira de Dios y giros tan dramáticos y acusatorios en la evangelización hasta que se leen estas cosas. Pink es uno de los padres de estas prácticas. Según esto, los pecadores no deben oír la mentira de que Dios los ama sino todo lo contrario: que Dios los odia; escribió:
Lo que los pecadores necesitan que se les muestre es la santidad indescriptible, la justicia inflexible y exigente, y la terrible ira de Dios.
Así, cuando tú le dices a un pecador que Dios lo ama estás “echando perlas a los cerdos”. Pink cita Mateo 7:6 como soporte a su afirmación. Sin embargo, esta Escritura no nos dice nada sobre el contenido del mensaje, el evangelio del reino, como sí de la respuesta que los discípulos deberían tener ante un rechazo obstinado de aquel. En otras palabras, hablar del amor de Dios por el pecador no sería, en todo caso, “echar perlas a los cerdos” a menos de que este mensaje sea indubitablemente rechazado.
Es importante notar, además, que justo en una Escritura previa Jesús ordena a sus discípulos a amar a sus enemigos, para ser perfectos como el Padre que está en los cielos (Mt.5:42-48). Qué interesante que dicha perfección de Dios que se exige en los discípulos a través del amor al enemigo, no esté presente de ninguna manera para Pink, en Dios. “Yo te amo porque el Dios que no te ama me lo ordena”. Suena muy impropio de un Dios en quien no hay contradicción.
Qué interesante que dicha perfección de Dios que se exige en los discípulos a través del amor al enemigo, no esté presente de ninguna manera para Pink, en Dios.
Por extensión y a la luz de la Santísima Trinidad, cuando Pink afirma que Dios no ama al pecador está diciendo que Jesús no ama al pecador. Tampoco el Espíritu Santo. Leemos, no obstante, en la Palabra:
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Ro. 5:8).
Dios muestra su amor hacia el pecador.
Cristo muestra su amor hacia el pecador.
Pink responde que ese amor es solo por los elegidos porque en su teología entiende que hay personas predestinadas para la total perdición que jamás han sido ni serán objeto del amor de Dios.
Aún concediendo esto, el razonamiento de Pink nos mete en un embrollo al tratar de dilucidar a quiénes le podemos predicar del amor de Dios y a quiénes no. Porque si algunos han sido elegidos y amados desde antes de la fundación del mundo, no estaríamos equivocados al predicar sobre el amor divino a sus criaturas elegidas. Pink parece resolver este problema diciendo que simple y sencillamente no prediquemos a nadie del amor de Dios.
“Todo el amor de Dios para los piadosos. Para los demás su ira"
Finalmente, Pink divide al cosmos en dos mundos: el mundo de los piadosos y el mundo de los impíos. Según él, todo lo que la Biblia diga del amor de Dios lo dice respecto del mundo de los piadosos, y todo lo que dice sobre la ira y el aborrecimiento lo dice del mundo de los impíos. El problema es que respecto de Israel, por ejemplo, se dicen las dos cosas: que es amado y que es aborrecido:
Cuando Israel era niño, Yo lo amé, Y de Egipto llamé a Mi hijo (Os.11:1).
Lo provocaron con sus lugares altos, Y despertaron Sus celos con sus imágenes talladas. Al oírlo Dios, se indignó, Y aborreció a Israel en gran manera (Salmo 78:58-59).
La apostasía dentro de Israel ha sido un hecho probado a lo largo de los siglos. Pink dice que no se le debe de hablar del amor de Dios a nadie dentro del mundo de los impíos. ¿Y quiénes son estos? Pink dice que aquellos entre los cuales:
No importa si un hombre vive desafiando abiertamente al cielo, sin preocuparse en absoluto por los intereses eternos de su alma, o si no le importa la gloria de Dios, o si muere maldiciendo con sus labios…
Según Pink Dios no puede amar a tal persona. Pero en la descripción de los pecados de Israel hay tales perversiones y otras peores, que no obstante jamás evitaron que Dios siguiera hablándole a su pueblo de su amor.
Para ser justos, Pink explica que dentro de los elegidos es donde Dios manifiesta su amor y su paciencia, y que si existe algún pecador renuente, le sigue amando, pero solo porque lo reconoce como elegido y sabe que pronto manifestará su carácter de electo a través de su obediencia.
“Dios no tiene paciencia hacia los incrédulos"
Para Pink Dios no tiene paciencia hacia los incrédulos. 2 Pedro 3:9, dice, es para la iglesia. La paciencia es para la iglesia, no para el mundo de los impíos a quienes Dios ya sepultó una vez bajo las aguas del diluvio (2 P.2:5). Según esta interpretación, cada vez que la Biblia habla de que Dios es clemente, paciente, compasivo y misericordioso no se refiere de ninguna forma a los incrédulos sino solo a los elegidos, que por lo demás, no sabemos quiénes son.
“Solo puedes saber que Dios te ama viéndote a ti mismo"
En suma, el Dios de Pink solo ama a los que le aman. Y los que le aman son los que le obedecen. Así, la única manera de saberte amado por Dios es observar qué tanto actúas como Dios dice que debes actuar. Entonces una vez que eres obediente puedes decir que Dios te ama.
Jesús dice en Juan 14:15 que si le amamos le obedezcamos. Pero también dice que su amor hacia nosotros es por pura gracia:
Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados) (Ef.2:4-5).
Dios nos amó cuando éramos incrédulos, muertos en delitos y pecados. Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo para que fuésemos salvos por él. De manera que en la lección de Pink está ausente una comprensión adecuada de la gracia. Porque la gracia tiene su origen en el amor con que el Padre envió a su Hijo.
La importancia del amor en la evangelización
Este amor, aún cuando sea catalogado como electivo, no tiene porqué impedir en la predicación el tema del grande y abundante amor de Dios hacia los pecadores. Porque si el objetivo de no predicar sobre el amor de Dios es no engañar al impío con falsas esperanzas, tendríamos también que dejar de predicar sobre la gracia y el amor de Dios hacia la iglesia pues ¿cómo estar seguros de que no le estamos predicando a un impío que fue indebidamente bautizado y recibido en la membresía? ¿Por qué le dices a un no electo -pero infiltrado- que Dios le ama cuando no es así?
Esto pasa cuando nos arrogamos una autoridad que no tenemos como pecadores. Decidir a quiénes ama y a quiénes no, nuestro soberano Señor.
Pink dice que debemos predicar “que Cristo murió por los pecadores, tú eres un pecador, cree en Cristo y serás salvo”. Pero no reconoce la razón bíblica por la cual aconteció la expiación que es, precisamente, el amor de Dios.
Esto pasa cuando nos arrogamos una autoridad que no tenemos como pecadores. Decidir a quiénes ama y a quiénes no, nuestro soberano Señor.
Si quitas el amor de Dios de la evangelización y te concentras solo en el juicio, la ira y la condenación eterna, tu evangelización será famélica. Creemos que evangelizar es una declaración de guerra que exige la capitulación de los enemigos de Dios en esta dispensación. Pero el apóstol Pablo entendía las cosas diferentes. Evangelizar no solo no es una declaración de guerra, sino todo lo contrario: es un llamado a la reconciliación y a la paz:
Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió con Él mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; es decir, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo con Él mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación
Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcíliense con Dios! Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él (2 Co.5:18-21).
El mensaje no es: “Dios te odia y te pide que hagas la paz con él”. El mensaje es: “Dios envió por amor a su Hijo para que muriera en la cruz por ti y resucitara al tercer día. Reconoce que eres pecador y que Cristo es tu Salvador. Cree y serás salvo”. El evangelio no es una amenaza sino un tratado de paz.
En resumen, según Pink:
- Dios solo ama a los elegidos del mundo de los piadosos.
- Jesús solo ama a los elegidos del mundo de los piadosos.
- Dios solo apunta la predicación a sus elegidos del mundo de los piadosos.
- Dios solo tiene paciencia con los elegidos del mundo de los piadosos.
- Dios solo tiene misericordia con los elegidos del mundo de los piadosos.
- Dios solo extiende su gracia hacia los elegidos del mundo de los piadosos.
- Y por tanto, no debemos predicar el amor de Dios, excepto a los elegidos del mundo de los piadosos.
Qué diferente presentaba las cosas el puritano Charles Spurgeon quien explicó:
Si no hubiera habido ninguna caída, y ninguna muerte, Dios habría podido mostrar Su amor hacia nosotros de la manera que lo hace con los espíritus puros y perfectos que rodean Su trono; pero jamás hubiera podido mostrar Su amor hacia nosotros de tal manera como lo hace ahora. En la dádiva de Su unigénito Hijo, Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, en el momento debido Cristo murió por los impíos (n.1850, 7 junio de 1885).
Sí. Cristo murió por amor a los impíos.