Ucrania y la campaña evangélica trumpista

Cómo los evangélicos convirtieron una tragedia en capital político a favor de Trump y Putin

Aristóteles escribió que el hombre es por naturaleza un animal político (La política, Libro I). Con esta expresión el filósofo quería decir que el ser humano posee sentido de lo justo y lo injusto, tiene palabra y es capaz de participar socialmente. Por otro lado, para Aristóteles, el ser de naturaleza insociable solo puede pertenecer a una de dos categorías: o no es hombre o es un ser superior al hombre, que en estos términos, sin ley y sin relaciones es amante de la guerra.

Ante el estallido de la guerra en Ucrania iniciada por el régimen dictatorial de Putin, las conclusiones de Aristóteles son importantes. Porque para algunos el presidente ruso es un ser superior. Particularmente, es superior porque es provida, porque reprime el activismo elegebeté y porque dice que la célula familiar es la conformada por un hombre y una mujer. Para un nicho de la derecha latinoamericana, Putin es un protector de los valores conservadores en el mundo.

Hubo una época idílica en que en este mundo se daban la mano Putin y Trump. Estos dos preservadores del cristianismo y enemigos del "wokismo", se erigieron en la conciencia de muchos cristianos como la respuesta de Dios ante el desorden ideológico en Occidente. Uno en casa y otro desde lontananza. La mancuerna perfecta bajo cuyo manto purpural la iglesia podía dormir tranquila. Una fantasía total.

Naturalmente, los seguidores espirituales de Putin en Latinoamérica, al estallar la guerra en Ucrania, tuvieron que encontrar la manera de proteger a su adalid, y optaron por convertir la invasión rusa en un ataque contra el presidente Biden, favoreciendo al mismo tiempo la imagen de Trump quién no ha dejado de hacer campaña en Estados Unidos y en el mundo a través de sus brazos mediáticos, voluntarios e involuntarios.

Por ejemplo, la cuenta trumpista “Sublevados" no ha dejado de publicar una serie de tuits que humillan a Biden, exaltan a Trump y colocan a Putin como quien vino a terminar de abrir el telón de la "farsa demócrata". Uno de los líderes principales de Sublevados escribió un tuit muy popular sugiriendo que el gobierno de Biden no fue de paz, sino de guerra "comparado con el de Trump", y siguió alimentando la idea conspiracionista de Qnon de que "las elecciones fraudulentas tienen consecuencias".

En este mismo sentido, el Dr. Owen Strachan, popular opositor político de los demócratas desde su trinchera cristiana, escribió -al mismo tiempo que compartía un vídeo de un niño ucraniano gritando de terror ante un ataque aéreo- que la guerra en Ucrania nos demostró que hay que votar mejor en las elecciones, porque las elecciones tiene consecuencias: "Ojalá la iglesia tenga la visión clara acerca de las elecciones, acerca de votar por los mejores candidatos". Evidentemente, Strachan, quien antes ha publicado que los republicanos representan al bien y los demócratas al mal, está participando también de la campaña de Trump. ¿Qué mejor que usar el dolor de una familia ucraniana para marcar indeleblemente las conciencias de los cristianos a favor del GOP?

Denny Burk, presidente del Concilio de Masculinidad y Feminidad Bíblica (CBMW) también aprovechó la ocasión para elaborar un argumento contra Kriz Dumez, cuya obra a desquiciado al evangelicalismo conservador blanco en Estados Unidos al señalar que este conservadurismo al estilo John Wayne ha reemplazado a Jesús. ¿Cómo vinculó Burk la guerra en Ucrania con la obra de Dumez? Haciendo un argumento nostálgico de que la Norteamérica de John Wayne de los cincuentas es lo que necesitamos hoy que Estados Unidos "le tiene miedo a la guerra".

Entonces, ya sea descalificando al gobierno actual de Estados Unidos diciendo que está participando de la guerra, o ya sea diciendo que no está participando porque es débil, la campaña trumpista es la que está saliendo vencedora aquí, mientras que el dictador ruso continúa aterrorizando la ciudades de Ucrania en este momento. De alguna forma esta situación está blanqueando a Putin, entronizando a Trump y humillando a Biden, todo al mismo tiempo. Definitivamente, una estrategia mediática que está funcionando en la mentalidad evangélica de pocos alcances críticos.

El Salmo 24:14 dice "Busca la paz y síguela". Jesús también indicó: "Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios" (Mt.5:9). No es posible buscar la paz al mismo tiempo que, con tal de ganar un argumento, instrumentalizamos el sufrimiento ajeno (el ucraniano) y nos regodeamos ante la posibilidad del fracaso de aquellos que tienen el poder de parar la tiranía rusa. Pero eso es precisamente lo que estamos haciendo muchos cristianos. Este es el tipo de reino, fragmentado por los ídolos, que ofrecemos al mundo. Si necesitas dirección en el camino de Jesús, estamos disponibles para reclutarte.

Ayer por la noche oramos la gran letanía anglicana en un espacio virtual dirigido por un ministro desde Europa. Fue una larga y bellísima oración por la paz, la reconciliación y la protección de Dios. Yo también he cedido a los impulsos carnales de convertir la guerra en capital para mis intereses personales. Pero orar con otros hermanos por la paz me demostró que hay una mejor forma de acercarse a este acontecimiento. Creo que la Escritura abunda en apoyo a esta senda de la oración, al mismo tiempo que está llena de señales que nos dicen que la politiquería no es un llamado del Señor, sino una consecuencia de nuestra carnalidad.

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